viernes, 11 de octubre de 2013

por la morocha

Una Piedra para Ella

Ella. La que nació un día para ser otra. La que es ahora por pedido expreso de una voz que no me pertenece sino que es ella misma. Es pequeña parece indefensa como una nena de 6 años jugando a hacer sapitos en mar de ajo. También es otra la que retumba desde lo más profundo pidiendo a gritos que no la mueran que no la maten que está llorando (¿no ves?) se está quejando (¡Para de tronar asì! ¿no ves que es de noche? ¿Qué hay tormenta? Y está temblando, llorando, está tiritando, de frio y noche de miedo y de furia ¿no ves?)

Ella es ahora polvo de sí misma buscándose en la voz de una eternidad de manos que la alzaron para dibujarse sobre sí, en el acto colectivo de mis voces, la voz anónima, la música esgrimiendo un idioma de silencios. Ella ahora habla de lo dicho por el decir del lenguaje que se forma sin preguntas y sin tregua. Se precipita se estrella se corporiza en el lugar del no me acuerdo (¿Qué estás haciendo acá? ¿De dónde saliste? ¿Quién te moldeo la cintura y la apariencia de no ser vos la misma sino otra jugando a ser todas las otras?)

Ahora que te juntaron con otras te imaginaron despierta alta y esbelta. Ahora que el tronar se volvió arrullo suave como la vibración gutural de mi madre ahora que la contemplación del mañana no alcanza, el arrullo es empuñado como armadura por una dos y tres voces nuevas. Ahora mucha rabia se hizo revuelta y no somos nada sin vos, sin vos no hay marcha. Nos vamos volviendo rabia y revuelta sabia, ahora que la vibración se hizo silbido en la garganta y no podemos parar de gritar de escupir y vomitar ¡PORQUE ESTAMOS CAGADXS DE SUEÑOS! ¡Te imaginamos armada sobre todas nuestras manos amenazando con volar! con ser otra en la garganta de un sol niño bajo otro mediodía equidistante de todo inaugural.

Nos damos cuenta que podés que naciste para ser otra y te otorgamos el sano beneficio de la duda, de la mentira y la creación de tiempos otros en los que vos ya no sos, porque estás despierta subida al cielo contando estrellas ¡Y me parece que no puede ser! Que desde el cielo esta casita no tiene onda y te enojás te estallás y saltás al precipicio de las voces con otra voz y conmigo a juntarte con nosotras que vamos a ninguna parte. Hoy me parece bella aventurera, que Paco tenía razón, bella y ligera, que estás hecha solo para ser bella y pequeña Como Tu. (m.m)

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