viernes, 11 de octubre de 2013

por ale

TODA VÍA. 
La madrugada aún nos atrae. 
Verás... Como imanes nos sumergimos en pensamientos de desencanto lascivo para olvidar, aunque algunos sentimientos puedan ser infinitamente trascendentales.
Rozamos la obsesión, como un trauma arrastrado desde el dolor del adiós. Pero vemos colores nuevos, otro amanecer; una marca en la piel que cambia de dueño ciclo a ciclo. Seguimos allí, palpitando en la misma ciudad. Esta ciudad en la que todos gemimos alguna vez por amor y otras tantas, para huir del fuego calcinante que el tiempo no sabe apagar. 
La imaginación juega a ser monitor y te proyecta en cada esquina del barrio, en cada una de las hadas que intenta seducir a un corazón que ya entendió la sutileza de las sonrisas de la conveniencia.
Corazones locos, recuerdos senti-pensantes, y el reflejo hipócrita de cada espejo que te inserta dentro del alma, en una zambullida a lo más profundo de las palabras.
Todavía hoy, en busca de una salida al laberinto en espiral.
Y toda vía de escape es posible para latir otra vez, pero aún existís, en algún lugar.
Y lo que perturba mas, es saber que aunque rías, festejes, te emociones de felicidad, y violes con tus ojos las postales más hermosas del mundo, el Universo trnasmite a las antenas que no estás bien.
Y lo siento, realmente, pero siempre confié en mis sensaciones.
Así que a través del Universo, ahí van vibraciones de amor...
Tal vez así, una vez mas enfrentes el muro, y tengas fuerza para volver a mirar a los ojos, y hablarle a tu Ángel de la Guarda.

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