domingo, 20 de octubre de 2013

por Chules

¿Por qué tu sonrisa mece los segundos?
Porque es ángel
y vuela

No te inquietes, como yo
Algunas veces, la vida surge, apasionada
Y las otras, ¿Qué importan?

No te inquietes, si hay vacío
Sólo existe cuando lo ves

Solo solo solo solo solo
y vacío

El recuerdo de esa sonrisa que mecía los segundos
Y la certeza, de que aquello que atrapamos entre agujas y campanas, en realidad, no es.

Quien se obsesiona con los relojes, lo mismo podría obsesionarse con las alcachofas. Y comer, hoja a hoja, fama y esperanza, este dulce devenir de las hortalizas.

Quien se obsesiona con las lechuzas, aprende la desilusión y se ahoga en la certeza azul que el príncipe no pudo perpetuar.

No te inquietes, por mi bien
Que nadie, nunca, tendrá nada resuelto
Ni vos, ni yo, ni ellos
Tampoco el otro, ese que parece alejado.

Dejate mecer, ella sabe cómo hacerlo. Dejate morir.

Porque es ángel
Y vuela.

No te inquietes, yo tampoco puedo sostener algunas bellezas.

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