viernes, 11 de octubre de 2013

15 años por Ale

Nota: Estoy haciendo una limpieza general (Hogareña, sentipensante, alimenticia, álmica, etc's), y me encuentro en el fondo de un placard, entre figuritas y vinilos, con hojas amarillas manuscritas, fechadas, de la adolescencia. Así que seguramente les deje algunas de ellas posteadas al pie, durante la tarde, a medida que las relea y rememore. Supongo que si hay un lugar para compartir esto, es aquí, aunque sospecho que un psicoanalista, se haría una exquisita ensalada (P.D: resulta ser una pequeña vergüenza leerme la pubertad casi 20 años después).-


Miércoles 02/11/95
Corazones para-golpes

A ver, a ver... Al evaluar ciertas situaciones de bondad, terminaremos convencidos de que lo que pensamos es lo correcto.
A veces nos amarga una excusa, y no sirve de nada tomar un trago de lo más podrido que haya para servir. (Por experiencia propia, se que no sirve un carajo y que a fin de cuentas, uno termina más enroscado que al principio.)
Me gustaría intentarnos alguna vez, cuando me sienta indecente y ver que sucede al otro día, en el momento que me despiertes como siempre, día tras día, siempre igual… El mismo juego perdido en cada amanecer.
Mucha gente se pregunta para quienes son mis líneas, ese laberinto que me pierdo de disfrutar, y que termino regalando por ahí, a cualquier títere que me resulte amable, y a la vez ingenuo… Como un estúpido principiante que no sabe las consecuencias de lo que hace o deja de hacer.
Está bueno, de vez en cuando, ser subjetivo, pero de los vanidosos; porque al darnos cuenta de lo que nos rodea, miraremos mucho más allá de la punta de nuestras narices.
Y pensar que alguna vez pudiste haberte quedado conmigo y disfrutar de lo impensado. Te podrías haber acomodado en mi corazón y hubiéramos realizado un largo viaje a través del tiempo y el espacio.
Pero tu corazón nómade decidió seguir buscando a alguien que le devolviera la fe, una vez más, mientras yo me ponía nauseabundo otra nueva mañana.
Me perdiste y al fin y al cabo yo te di por perdida, vuelvo de nuevo a disfrutar de este viejo y rico frío.
Otra vez me siento ansioso… Cuando me recupere de la invasión de soledad, te arrimo un por qué.-

No hay comentarios.:

Publicar un comentario