martes, 11 de marzo de 2014

por male

Semi dormida me pongo los zapatos y me ato los cordones, intento no hacer ruido para no despertar al niño que duerme a mi lado y le teme, igual que yo, igual que todos a la oscuridad del mundo. Voy al baño y salgo de la casa que no es mia, pero en la que soy casi la única habitante, la habitante de sus horas sin luz. Soy la protagonista de una pelicula sin conflicto, o al menos sin un conflicto claro, soy la que vaga y la que es vagada por la ciudad, soy el pensamiento que se hundió en mi café frío y el sueño roto de ser bailarina u artista de circo, soy la que nunca fue cuerpo. No soy la heroína que atraviesa sus miedos y consigue una enseñanza sobre aquel mundo que la desarmo y rearmo. Soy, la que mira, la siempre al borde, la nunca ya.
Avanza, hace algo con tu vida, esquiva ese problema, dicen los otros apunto de apagarme de una vez y para siempre. Yo sigo de colectivo en colectivo, de pucho en pucho, completamente ajena a mi conflicto inminente, intentando adivinar mis motivos. Nadie apaga la pantalla, pronto se dan cuenta de que esta es la pelicula de su vida también. Mi profesor de ajedrez sentado en la tribuna, comenta que sabe que no lo lograre, "tan buena defendiendose y tan mala atacando, nena, esa estrategia no sirve. JUGA". Don pedro, en la otra esquina opina que fue su culpa, el hacerme así tan buenaza. Mi abuelo les pide silencio, la nena va a ganar, él sabe; millones murmuran sobre mi existencia, que es en cierta forma la suya propia. Intentan definir de que forma sus acciones pasadas me marcaron.
Sus palabras ya fueron jugadas. Ahora solo queda el azar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario