martes, 28 de enero de 2014

Todos los finales posibles por morocha

Estoy de pepa ahora que viajar en pepa está de moda me elevo a un cuarto sin membrillo y viajo por el circo de imbecilidades que me atormentan. Me acomodo en el primer asiento sin tramite me pongo el cinturón porque hoy voy a acabar con todos mis finales posibles. Ni el verdulero se va a salvar. Articulo mis rodillas, me abro de gambas con estilo, soy la Marilyn Monroe de mis sueños.
Coloco mis 2 dedos preferidos en posición de combate y mientras froto el clítoris desnudo en un cuerpo parecido al mio imagino las 1000 formas de acabar con mi destino. De repente la cornea de mis ojos explota y más alla de lo visible hay un desierto, pero no acabo porque ese desierto es un desierto de palabras:Cuerpos sin vida, tetas sin carne, carne desmembrada, vamos a cordoba, en bondi a traslasierra, vienen a mi OVNIS vengan a mi. Soy la mismísima imagen de la abducción.
Pero me devuelven al laberinto de palabras del que nunca salí.
Atadas una a una las lenguas de las que alguna vez bebí echas soga me recorren el cuerpo lentamente, se me enroscan se entreveran se me aprietan me salivan se resbalan me preguntan no contexto y se me anudan para que no me pueda ir. Justo cuando estaba desplegando todas mis ansias en la silla articulada de mi pieza.
Vuelvo, a no acabar para empezar a descubrir el largo viaje de mi espera al otro lado del espejo de este cuarto, que hubiera sido si hubiese sido media.Suspiro, expiro, vacio la habitación de sentidos y hago contacto con mis partes derramadas sin espejo. El goce se vuelve transparencia, desaparezco, me escabullo entre las ropas de los otros y en silencio les confieso que me muero sin dolor. Justo cuando se me va acabar el aire vuelvo a respirar.
¡La muy turra le pone play al volumen de la tele que no tengo! Y me doy cuenta que esa basura esta llena de gemidos falsos que no quiero adentro de mi mente pero ya es tarde, están ahí racionalizando todo lo que siento con tinta azul, escribiendo los latidos de mi cuerpo cada vez que se me enciende y la muy turra se quiere adjudicar la autoría de mi instinto. Justo cuando va a firmar con nombre y apellido le destrozo la carne que sostiene sus palabras.
Asesinato múltiple, un nuevo guión para mi muerte prematura.
Y mientras lavo la sangre de mis manos con la lengua aterrizo en un bar sobre la calle mariano hacha. La mesa estávacía sobre el café que sorbo a sorbo se vuelve tibio. Afuera de mi una multitud de placeres desconocidos me miran con cara de soledad. En su rostro llevan tatuada la certeza de la inconquista. Conocen todo lo que nadie me puede dar. Soy la imagen bíblica de maría magdalena acabándome 1000 veces en la taza tibia de un café, mientras ustedes me apedrean.

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