martes, 28 de enero de 2014

por Jaz

¿ Cuántas bicicletas habrán pasado por la puerta de tu casa mientras nosotros hacíamos el amor silenciosamente ?

Cuándo me cogés de atrás siento que somos leoncitos.
Dos felinos hermanos descubriéndose como espejos de piel suave y pelo para acariciar. Moviéndonos sigilosos, besándonos las espaldas, como con pasos de bailes casi acalambrados de tanto clavarse las uñas.
Flotamos sonrientes deshaciendo los techos, transformando el olfato del desequilibrio de un hígado corazón al horno en una luna de eterna miel para aullar.

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